viernes, 25 de octubre de 2013

El Cadillac de Obama

Es curioso que una agencia tan blindada a la información como la de seguridad del Presidente de los Estados Unidos, anuncie datos tan precisos sobre el vehículo en el que se mueve el presidente Barack Obama. Sin embargo a nosotros nos sive como curiosidad, pues este Cadillac limusina que recibe el apodo de 'la bestia', presenta cifras y datos impresionantes.





Inicialmente los vehículos utilizados a transportar a los presidentes de los Estados Unidos eran vehículos convencionales, a los que posteriormente se le añadía el blindaje que se creía necesario para la ocasión. Sin embargo, los problemas técnicos eran más que frecuentes, tanto a la hora de su fabricación, como a la hora de las numerosas, frecuentes y costosas averías.
Es por ello que cambiaron de idea y hablaron con Cadillac para desarrollar desde cero este vehículo presidencial en vez de transformarlo desde un modelo ya existente. Así, el Servicio Secreto se encargó del desarrollo de semejante vehículo, mientras que se fabrica en Detroit por una división de I+D de General Motors. Y se nota que es un Cadillac, pues incluso los logos que luce en su frontal y en su zaga están sobredimensionados para hacerlos más visibles.
Aunque su imagen es similar a la de un Cadillac DTS, en realidad su chasis pertenece a un camión y la carrocería blindada se monta sobre dicha plataforma. Está impulsado por un imponente motor V8 que ofrece cerca de 600 CV de potencia, aunque su velocidad máxima es de tan sólo 100 km/h. Eso sí, según afirman, se alcanzan en cuestión de pocos segundos, muy pocos.
La bestia (The beast), ya que es así como se conoce a este Cadillac Presidencial, cuenta con un depósito de combustible blindado, pero que además está recubierto con una espuma especial que absorbe la gasolina en caso de que se llegue a perforar. En caso de arder, incluso presenta un completo sistema de extinción de incendios. Si abrimos su maletero podemos encontrar armas de fuego, un completo equipamiento médico (incluso hay envases con sangre del presidente) y además un sistema de oxigeno que abastece su habitáculo, que está sellado herméticamente, por si hay que hacer frente a un posible ataque químico.
Su capa de blindaje es similar a la que presenta un carro de combate, no obstante esta limusina de 5,48 metros de longitud, presenta un peso de 6.803 kilos. De echo, sus puertas cuentan con un sistema de cierre y apertura motorizado. Para su blindaje se emplean materiales como el acero, el aluminio, el titanio, la cerámica o la fibra de vidrio.
Como era de esperar, debería contar con unos neumáticos acordes a su peso y a su seguridad. Están diseñador por Goodyear y son del tipo run-flat, que permiten incluso rodar pinchados. Lo de pinchar será casi imposible pues resisten disparos de bala gracias a sus refuerzos de kevlar.
Los cristales presentan un espesor de 12 centímetros, aunque la luna delantera tiene un espesor de 15 centímetros. Para garantizar la visibilidad del chófer en todo momento, también cuenta con cámaras térmicas, de visión nocturna y un sistema de videovigilancia que permiten conducir a este Cadillac sin necesidad de ver absolutamente nada por su luna delantera. También influye que sus conductores están especialmente instruídos en cursos de conducción defensiva.
Como datos curiosos, más aún, decir que este Cadillac Presidencial tiene un consumo medio de 63,5 l/100 km, que se han fabricado nada menos que 12 unidades y que cada vez que se desplaza cada una de ellas, lo hace con un técnico súmamente cualificado que se asegura en todo momento de su correcto funcionamiento. Por último, se dice que el precio de cada una de estas 'bestias' supera los 1,5 millones de euros.






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