Audi sigue con su costumbre de ofrecer coches muy prácticos y tremendamente deportivos. Y en eso, nada mejor que un RS 6 Avant. La nueva generación, a la venta en julio, equipa un V8 de 560 CV con sistema de ahorro ‘CoD’, ve reducido el peso y estrena además la suspensión RS-Adaptive Air.
Circulo por una ‘autobahn’ alemana sin límite de velocidad y se dan las condiciones necesarias para poder clavar el pie derecho sobre el acelerador del RS 6 Avant. Y lo hago. Sobre todo porque el BMW de la ‘polizei’ que me precede acaba de acelerar y se pierde en el horizonte a más de 200 km/h. Con el ‘gas’ a fondo, el cambio Tiptronic de ocho marchas, que en modo Sport resulta aún más rápido, busca la marcha más corta posible y el V8 TFSI biturbo de 560 CV brama, al tiempo que mi espalda se pega contra los excelentes asientos RS. Me limito a sujetar el volante y a mirar cientos de metros por delante ‘escaneando’ posibles obstáculos. A 225 km/h entra la sexta y a 275 noto que la caja pasa a séptima. Pero el RS 6 sigue progresando como a reacción. Veo 295 en el velocímetro cuando tengo que dejar de acelerar, pues se atisba tráfico a lo lejos. Es sólo un ejemplo de las capacidades de este soberbio deportivo –nuestra unidad montaba el Paquete Dinámico Plus–, un familiar de gran porte –4,98 metros– que se mueve como un Lamborghini. De hecho, anuncia 3,9 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h, y eso son siete décimas menos que el anterior RS 6 Avant, pese a que el 5.0 V10 biturbo de aquel tenía más potencia: 580 CV.
Y no sólo ‘anda’ más, sino que también consume mucho menos: 9,8 l/100 km, un 30 por ciento de mejora frente a su predecesor. Aunque durante nuestra toma de contacto rondamos los 13 litros reales.
Para ahorrar carburante ha sido clave la reducción de peso –100 kilos, aunque sigue rebasando las dos toneladas– o el ‘start-stop’, pero sobre todo el sistema ‘CoD’ (Cylinder on Demand), que puede desactivar cuatro de los ocho cilindros del motor, lo que por sí solo aminora la ‘sed’ entre un 5 y un 12 por ciento. Aún así, los 75 litros del depósito se quedarán justos en viajes largos, para los que un RS 6 Avant está preparado: maletero de 565 litros, excelente amplitud... Puestos a criticar, nos fijamos en el abultado túnel central, que incomodará al quinto ocupante; aunque esta rabiosa versión del A6 familiar puede configurarse opcionalmente como cuatro plazas.
En cuanto a dinamismo, podríamos resumir explicando que el chasis responde al nivel de deportividad requerido por un conjunto motor/cambio impetuoso. Para empezar, el aluvión de fuerza –nada menos que 71,4 mkg entre 1.750 y 5.500 vueltas– se reparte al firme a través de la tracción Quattro, que para la ocasión incluye un diferencial central mejorado –más ligero y con radiador de aceite– que da prioridad al tren trasero: recibe un 60 por ciento del par, pero puede aumentar hasta el 85 por ciento. Y es el primer RS que monta de serie suspensión neumática específicamente adaptada, pues la RS-Adaptive Air reduce 20 mm la altura. Aunque podemos solicitar el tren deportivo RS Plus con DRC (Dynamic Ride Control), dotado de muelles de acero y amortiguadores de triple ajuste. Además, el Audi Drive Select deja elegir entre cinco programas de conducción, el ESP integra un modo deportivo y puede desconectarse, y los frenos son generosos: cuatro grandes discos ventilados, aunque para ritmos ‘animados’ no son mala idea los discos cerámicos, de 420 milímetros.